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Decimoprimera Edición

Año 8 Segundo Semestre 2017

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Una teología de la generosidad en la vida de Margaret Baxter

Por: Jonatan C. Simons, Mg.

Maestría de Divinidades del Reformed Theological Seminary, y una Maestría de Historia de Wheaton College. Adelanta estudios doctorales con enfoque en teología histórica en la Australian Catholic University. Profesor en la FUSBC desde el año 2017.

Richard Baxter es conocido como el autor puritano más prolífico y pastor ejemplar de la teología reformada. Se describía en su predicación como cuando “uno está muriendo y predicándoles a otros a punto de morir”. Sin embargo, en este caso la persona menos famosa tuvo una influencia mayor en el desarrollo teológico de la teología de generosidad. Este artículo examina cómo la teología práctica de Richard Baxter fue transformada por una persona en particular: Margaret Baxter. En un marco histórico, se examinan los textos escritos por Richard antes de casarse con Margaret (pre-1662), durante su matrimonio (1662-1681), y después de la muerte de Margaret (1681). Estas tres partes de su vida y ministerio muestran cómo la teología y ejemplo de Margaret hicieron que Richard reformulara su teología práctica de la generosidad. Así como los puritanos veían la conversión en términos de una transformación y dedicación de todo el ser, Margaret dedicó todos sus bienes a los esfuerzos ministeriales de evangelización y ayuda a los pobres, y esto ayudó a destacar la importancia de la generosidad en el panorama teológico de la santificación.

Palabras clave: Margaret Baxter, Richard Baxter, Richard Baxter, Puritanos, teología practica, generosidad.

Introducción

La Reforma trajo cambios muy significativos a la teología, al resaltar la importancia de ciertas doctrinas. También continuó destacando la importancia de la teología práctica, como la teología de la generosidad. La teología práctica no ha recibido la atención que se merece, particularmente la teología explorada por mujeres de la época de la Reforma. Este artículo destaca la vida de Margaret Baxter, quien personificó el ideal de una conversión puritana y lo ratificó con su teología de la generosidad. Su manera de vivir transformó la teología práctica de Richard Baxter, uno de los pastores más famosos de la historia. El artículo examina, en primer lugar, el contexto teológico y sociológico de los puritanos. Para entender la influencia de Margaret Baxter hay que notar la situación de los pobres del siglo XVII en Inglaterra. En segundo lugar, examina la biografía de Margaret y describe su vida a la luz de los escritos de Richard. Finalmente, analiza el lenguaje de Richard Baxter, quien al final de su vida llegó a resaltar la importancia de aliviar la pobreza.[1]  Los textos escritos por Richard muestran que su lenguaje sobre los pobres cambió a partir de lo que aprendía de su esposa, Margaret Baxter. Estos textos se examinan en tres etapas: antes de Margaret (antes de 1662), con Margaret (1662-1681) y después de Margaret (después de 1681). Antes de 1662, él solo cita una vez el cuidado de los pobres en el prefacio del texto Crucificando el mundo (1658), aseverando que el cristiano también puede confiar en Dios con relación al dinero. En 1673, en medio de su vida matrimonial, Richard Baxter dedica una sección completa de su Directorio cristiano a obras de caridad, afirmando la importancia de estas como un deber cristiano. Al año siguiente a la muerte de Margaret en 1682, predicó un sermón que llegó a ser un texto escrito: Cómo hacer el bien a muchos, el cual refleja una teología que retrata a su esposa fielmente. El cambio en la teología práctica de Richard Baxter comprueba que la vida de Margaret Baxter tuvo gran influencia en su comunidad y en el desarrollo de una teología puritana de la generosidad.
Teología puritana y su contexto histórico
Los puritanos se esforzaron por la coherencia entre las doctrinas de la Reforma con una aplicación vigorosa en su diario vivir. La doctrina de la justificación fue la bisagra principal de la Reforma y los puritanos tomaron “el manto” de los reformadores con su énfasis en esta doctrina. Sin embargo, también hicieron hincapié en la aplicación de esta justificación, resaltando los efectos de la conversión en una vida de santidad, con énfasis en la santificación, la buena conciencia y las buenas obras.[2]
La generosidad siempre fue un tema importante para la Reforma. En las 95 Tesis de Lutero de 1517 se puede ver la importancia de la caridad y de la generosidad hacia los pobres.[3]  Las “cajas de limosnas” de Ginebra, el “cofre común” de Wittenberg y el comedor de beneficencia de Zúrich (que fueron transformados de las Casas Dominicanas) fueron establecidos por los reformadores en su esfuerzo por erradicar a los mendigos (y mendicantes).[4]  Estos cambios en el continente europeo influyeron en la política de Inglaterra, al punto que se creó un sistema nacional de bienestar social (pagado por impuestos locales) en 1598.[5]  Los puritanos se unieron a este esfuerzo con sus “ciudades piadosas” que surgieron en la década de 1630 para proveer trabajo, comida y cuidado a los pobres.[6]  Aunque no desarrollaron nuevos sistemas o métodos para reformar el bienestar social, los puritanos sí vigorizaron los programas estancados, gracias a su sentido de urgencia espiritual, pero esto no se reconoce mucho porque su influencia fue a nivel local. Este fue el contexto de personas como Margaret Baxter, cuya vida evidencia una teología robusta de la generosidad, en tiempos de enormes carencias entre el creciente número de personas pobres.
Vida de Margaret Baxter
La vida de Margaret Baxter se caracterizó de manera muy particular por su servicio a otros. En su funeral, los comentarios personales del sermón predicado por el Reverendo John Howe muestran que ella “se deleitaba” particularmente en hacer buenas obras.[7]  Señaló, además, que demostraba buenos valores, aunque este predicador redujo su influencia al manifestar:
Su vida puede enseñar a todos, especialmente a las de su propio género, que el tiempo de vida en este cuerpo tiene un propósito mayor que el de complacer, arreglar y adornar el cuerpo; lo cual es lo más importante para aquellos que … tienen almas olvidadizas, depravadas y desfiguradas. Espero que su ejemplo, en forma completa y pública, enseñe de manera más general.[8]

Esta manifestación del predicador Howe es muy diferente a la de su esposo, Richard Baxter, quien reconoció que ella evitaba el adorno excesivo, pero no redujo la vida de Margaret solo a una influencia de cómo se debían vestir las otras mujeres de su tiempo. Richard Baxter lamentaba las “muchas viudas y otros pobres que han perdido a su madre y ahora están solos”.[9]  La ayuda de Margaret era necesaria para que sus beneficiarios sobrevivieran, y Richard Baxter reconoció el valor de su reacción contra las normas sociales de piedad femenina. Margaret empezó escuelas con sus propios fondos y él pedía que le ayudaran a empezar más escuelas.[10]  Además, subvencionaba a los predicadores convencida de que su generosidad ayudaba a la expansión del evangelio. Richard la retrata aun a la luz del Nuevo Testamento:
¿No es cierto que Pablo llama a mujeres para que le ayuden con el Evangelio? El que sabe hacer el bien y convierte el hacer el bien en su quehacer en este mundo, y sabe cómo dar cuenta por su administración, y quiere evitar ser condenado como el siervo perezoso; esta persona sabrá cómo responder para no recibir esa condenación.[11]

También, la defendió contra los que vieron sus obras como una falta de carácter,
Hay algunas acusaciones como que ella se ocupaba tanto por las obras de la Iglesia y de caridad que no se contentaba con una vida privada y callada. Pero esto es lo que los no-creyentes dicen contra el celo y la devoción a Dios.[12]

Lo anterior es más que una defensa de un esposo. Él muestra sus actos de servicio y, aunque rompían los estándares sociales, los considera devoción a Dios. Margaret era un ejemplo de santificación.
La influencia de Margaret fue tan grande que Richard incluso usa un desacuerdo teológico dentro de su matrimonio para defenderla y mostrar que ella tenía razón. Inicialmente, él pensaba que la generosidad debía evitar las deudas, pero muestra que Margaret daba generosamente, no solamente para cumplir con su fe sino porque se deleitaba haciéndolo.
Otra acusación es que ella desperdiciaba y era imprudente al dejarme con tanta deuda. A eso, yo contesto que cualquiera que lea esto y al considerar lo que ella hizo, ya no estará sorprendido por sus deudas. No fue para cuidar su propio cuerpo; ella usaba ropa muy simple y seguía una dieta aún más simple… Pero yo confieso que en esto ella y yo teníamos perspectivas diferentes; yo pensaba que solo debía dar todo lo que tenía y no endeudarse para dar, excepto en algún caso extraordinario. Ella pensaba de otra manera, y mientras pudiera pedir prestado, lo hacía para aliviar [las necesidades de] los pobres, especialmente de los que realmente lo necesitaban… pero esto es suficiente descripción de sus estudios, labores, gastos y deleites.[13]

Margaret se endeudaba sabiamente, es decir, solo si dispondría pronto del dinero para saldar la deuda. No se arriesgaba a que la predicación de su esposo fuera restringida por multas por el no pago de sus deudas, pero tampoco quería que su generosidad a favor de los pobres fuera impedida por la falta de fondos. Richard Baxter usó la vida de su esposa como una demostración de administración correcta, mostrando que sus motivos eran apropiados porque se centraban en la eternidad.
Margaret en ocasiones se desanimaba por los otros puritanos a su alrededor, hasta por Richard mismo y su falta de compromiso para ayudar a los necesitados. Ella creía que,
El hombre entero… debía vivir para Dios, y esto quiere decir que uno debe ocuparse completamente en buscar a Dios, por el cariño que viene de deleitarse en él y con el deseo de que la voluntad de uno esté apegada a él, haciendo lo que a él le place.[14]

Así mismo, como los puritanos requerían que la conversión afectara cada parte de sus vidas, ella vio que el cuidado de los pobres no se refería solamente a los que padecían necesidad espiritual. Más bien, la verdadera conversión requería también que el creyente ayudara con las necesidades físicas de los pobres, aunque hubiera un sistema de bienestar. Desafortunadamente, su propio contexto cultural no escucharía un desarrollo de esta teología de la caridad de la boca de una mujer, por más educada que fuera.[15]  Sin embargo, ella encontró una voz en las obras de su marido quien sí reconoció el valor de su teología.[16]
La generosidad en las obras de Richard Baxter
Los títulos de las obras de Richard Baxter y los temas de sus sermones muestran que su dedicación principal era la salvación y la conversión. Richard Baxter es famoso por sus ministerios en Kidderminster y la intensidad con que discipulaba a los de su pueblo.[17]  Sus trece años como pastor fueron inicialmente interrumpidos por una guerra, pero pudo regresar desde 1647 hasta 1660. Durante su ministerio en Kidderminster conoció a una joven llamada Margaret Charlton, aunque al principio ella tenía poco interés en su fructífero ministerio. Sin embargo, en 1660, no continuó en su Iglesia porque el gobierno dejó de dar licencia para predicadores no-conformistas (quienes no se sometieron a la Iglesia de Inglaterra); un hecho que llegó a ser permanente con el Acta de Uniformidad de 1662. Ese mismo año, Richard se casó con Margaret y ella fue quien proveyó financieramente para que él pudiera seguir predicando. Ella pagó las multas y lo sacó de prisión cuando fue arrestado por predicar. La primera evidencia histórica de la generosidad de Margaret se ve después del Acta de Cinco Millas. Richard no tenía permiso de irse de su pueblo, pero las obras sociales de Margaret atrajeron a personas a su casa para escuchar la predicación de Richard.[18]
Durante el tiempo que no podía predicar, Richard escribió más de cincuenta obras, por lo cual se le ha llamado el “Orígenes de su Siglo”.[19]  Para Richard, el conocimiento se traduce en acción. “La fe es esencial para escoger y actuar, y está basada en el libre albedrío”.[20]  Para él, “la conducta cristiana debe, en todo tiempo y en toda relación, hacer todo el bien posible”.[21]  Este principio caracterizaba la vida de su esposa y, al recordar su vida, se puede evidenciar un cambio relacionado con la priorización de la caridad, ausente en las obras que escribió antes de la muerte de Margaret.
En el prefacio de Crucificando el mundo (el único libro escrito antes de casarse con Margaret que menciona la generosidad), Richard expone diez maneras de ayudar a los pobres. Él dice que cuando una persona ayuda a algún enfermo o pobre debe colocar como requisito aprender el catecismo protestante y así “usar la oportunidad para ayudar a sus almas”.[22]  Él anima a los propietarios de casas y terrenos a usar su posición para respaldar el aprendizaje espiritual y ser generosos en forma espontánea. Richard sugería que los dueños de casas pidieran a los arrendadores aprender el catecismo y leer las Escrituras como parte de su acuerdo de arriendo. Los propietarios debían comprar el libro para los arrendadores, pagar el estudio de los niños, pagarles por hacer pequeños trabajos en la casa y así regresar algo del dinero. Además, sugería que los ricos pagaran pastores en municipios donde había mucha necesidad. También, animaba a que los más ricos invirtieran en la educación de generaciones futuras, poniendo escuelas en lugares rurales donde no era accesible la educación, financiando los estudios universitarios de futuros pastores para que pudieran enfocarse en sus estudios. Finalmente, proponía que los más ricos trabajaran juntos para formar más universidades.[23]  Estas sugerencias son insuficientes porque el enfoque está completamente en la generosidad de personas con más recursos económicos, en generosidad para que las personas se conviertan al evangelio, y porque no identifican la motivación de la generosidad.
En su Directorio cristiano de 1673 (escrito antes de la muerte de Margaret), Baxter constituye “un programa impresionante de filantropía cristiana”,[24]  y es muy exacto en su descripción de los niveles y las razones apropiadas para hacer estas buenas obras. Empieza mostrando que las buenas obras vienen del Padre, quien es la fuente y el benefactor de todo el mundo.[25]  Aquí reitera que las obras que tienen más valor son las que “llevan a la convicción, a la conversión y a la salvación”;[26]  además, repite sus sugerencias relacionadas con los arrendadores y los esfuerzos de educación.[27]  También hace uso de la parábola de la viuda en Lucas 21:2 para enfatizar que esta generosidad es para todos, no solamente para los que tienen muchos recursos económicos. Él señala la generosidad de su esposa al decir,
Las obras de caridad son para todos, para ayudar a los más necesitados… [debemos] conocer las necesidades de las familias más pobres y ayudarles como se pueda, animar a los ricos a hacer lo que no podamos nosotros y mendigar para lo que resta.[28]

Este cambio es muy notable porque, hasta este punto, Richard Baxter nunca había sugerido que se debía conocer las necesidades de otros, dar más allá de sus recursos económicos, o dar sacrificialmente. Sin embargo, él continúa mostrando que dar de esta manera es confiar en la providencia de Dios para las provisiones de uno.[29]  Él particularmente critica a los que solo dan a través de su testamento final y muestra que es pecado ser negligente ante las necesidades de otros durante la vida, aunque hace la salvedad que dar por medio de un testamento final es mejor que nunca dar.[30]  Al final, Richard pide a sus lectores dar por amor a Dios y al prójimo, además de razones personales. Puede que esto parezca obvio, pero la ausencia de estas ideas en sus otras obras confirman que estas especificidades fueron aprendidas por la observación de la vida de alguien que le llevó a esta transformación; alguien como Margaret Baxter.
La última obra que específicamente habla de las buenas obras del creyente fue escrita un año después de la muerte de Margaret y muestra un cambio particular en el lenguaje de Richard y en su perspectiva de este aspecto de la santificación. La obra ¿Cómo hacer bien a muchos? empieza con una reflexión de los que han vivido vidas de caridad.
“Es una misericordia inexpresable para mí que he podido conocer tantos cristianos que demuestran seriedad, humildad y caridad santa… o que su familiaridad ha sido dulce para mí… la mayoría de ellos ya están con Cristo y yo los seguiré”.[31]  En esta obra, Richard Baxter repite sus comentarios concernientes a la priorización de la generosidad para que la gente se convierta y el bienestar del alma sobre el bienestar del cuerpo. Sin embargo, hay algunas características distintivas en esta obra que reflejan, en forma particular, la vida de su esposa recién fallecida. Él dice que las buenas obras se deben hacer con gozo, porque cada alma convertida por la caridad es parte del edificio que forma la ciudad de Dios.[32]  Una vez más menciona la necesidad de amor, pero lo describe como un “amor no fingido” porque “el amor seriamente desea hacer lo bueno y se deleita en hacerlo”.[33]  Richard no se enfoca solamente en el propósito de conversión, sino que también describe el esfuerzo de caridad como uno que requiere “todo el bien que sea posible”.[34]  Aquí Richard prioriza las buenas obras más que el celo doctrinal. “Es más fácil ser celoso por una opinión sana… que ser celoso por las buenas obras, o celosamente desear gracia… Muchos son tan cuidadosos de no confiar en las buenas obras, que no tienen ninguna, o muy pocas, en las cuales confiar”.[35]  Al final de su vida, Richard había notado la tendencia de los protestantes a enfocarse completamente en la doctrina, olvidando la importancia de la amabilidad, en reacción contra los católicos romanos que dependían de sus obras para la salvación. Richard muestra que Dios es completamente capaz de hacer el bien a todas las personas del mundo sin la ayuda de los cristianos, pero ellos son recompensados por su trabajo,[36]  y exhorta al lector a “dar mientras haya personas con necesidad y mientras tengas con que dar”.[37]  Esta urgencia y amor genuino fueron la forma como Margaret Baxter se distinguió en su camino personal de santificación.
Conclusión
A pesar de estar comprometida con las obras de caridad, Margaret Baxter no pudo seguir con su ritmo de actividad ni proveer para todas las necesidades a su alrededor. Al final de su vida, la enfermedad de su juventud otra vez la afectó y la ansiedad de su vida entera pareció multiplicarse. Sin embargo, Richard Baxter siguió asombrado por los esfuerzos de su esposa.
El que quiera meditar, leer y amar a Dios intensamente, puede terminar haciéndolo con demasiada intensidad. El que quiera hacer buenas obras meticulosamente, cuando las formas estrictas podrían opacar las buenas obras de otros en su esfuerzo de ser demasiado justo. Y pensé que este, en ocasiones, fue el caso de mi querida esposa. Ella dispuso su mente y su corazón tan intensamente para hacer el bien que su mente y su cuerpo difícilmente lo soportaban.[38]

Richard Baxter no juzgó la vida de su esposa y nunca mencionó que debía haber disminuido en su trabajo o intensidad. Simplemente, “el cuchillo estaba tan afilado que cortó la funda donde estaba envuelto”. Ella era “como las cuerdas altas de un decacordio, afinadas para un sonido alto y dulce, pero constantemente en peligro”. Margaret enfermó el 3 de junio, y murió 11 días después, en 1681.
Margaret no separó su fe de sus obras en su vida. Mientras que muchos puritanos preferían el lenguaje de la mente y la conciencia, Richard Baxter se enfocó en el lenguaje de la praxis y, constantemente, durante su ministerio, trató de unir la convicción con la práctica: fe y obras. Su ministerio pastoral requería un compromiso total de tiempo y afectos, y estas dos prioridades estaban unidas en la vida de Margaret Baxter, particularmente en su cuidado por los pobres. Las exhortaciones de Richard en 1681 a “amar con sinceridad, hacer el bien y deleitarse en hacerlo”,[39]  son un eco del deleite que su esposa mostraba al dar.[40]  Su exhortación a “ser amable con todos a su alrededor… enseñando por medio del ejemplo de pureza, caridad, paciencia, y negándose a sí misma” y “estudiar” y “buscar” maneras de hacer el bien perfectamente describen la imagen del ministerio de Margaret.[41]  Ella dio a su esposo un ejemplo práctico de cómo la devoción a Dios se refleja a través de un corazón generoso. Él llegó a entender la necesidad de dar y sus exhortaciones pastorales muestran cómo vivir con una teología de generosidad apropiada: siguiendo el ejemplo de una fe aplicada como la de Margaret.

Bibliografía
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Slack, Paul. From Reformation to Improvement. Oxford: OUP, 1999.

[1] Richard Baxter y John T. Wilkinson, Richard Baxter and Margaret Charlton: A Puritan Love-Story… Being the Breviate of the Life of Margaret Baxter (Londres: George Allen & Unwin, 1928), 115. Inicialmente, las prioridades de Richard Baxter con respecto a la generosidad eran: (1) cuidado de necesidades personales, (2) necesidades públicas, (3) necesidades familiares, (4) pobres con devoción a Dios, (5) pobres comunes, y (6) la conveniencia de cosas útiles.
[2] Charles E. Hambrick-Stowe, “Practical Divinity and Spirituality”, en The Cambridge Companion to the Puritans (Cambridge: Cambridge University Press, 2008), 192.
[3] Esto debe considerar el disgusto que los reformadores tenían por las órdenes mendicantes de los católicos romanos, lo cual probablemente influyó en sus prioridades.
[4] Lee Palmer Wandel, “Social Welfare” en The Oxford Encyclopedia of the Reformation, vol. 4 (Oxford: OUP, 1996), 80.
[5] Lynn A. Botelho, “Poor Relief” en Puritans and Puritanism in Europe and America, vol. 2 (Oxford: ABC CLIO, 2006), 482.
[6] Botelho, 483. Hay un debate historiográfico acerca de si esta ayuda a los pobres era genuina o si ellos en realidad retenían ayuda para los pobres. Sin embargo, este artículo toma la perspectiva de Slack, quien no se enfoca en las motivaciones (las cuales no se pueden evaluar con certeza) y muestra que su ideología informaba sus motivaciones.  Paul Slack, From Reformation to Improvement (Oxford: OUP, 1999), 35. Los puritanos no desarrollaron su propia metodología o reforma de bienestar social, pero introdujeron vigor a estos programas, gracias a la urgencia espiritual que los animaba.
[7] John Howe, A Funeral Sermon on the Decease of the worthy Gentlewoman Mrs. Margaret Baxter (London: Printed for Brabazon Aylmer at the Three Pigeons, 1681), 1.
[8] Howe, A Funeral Sermon, 41.
[9] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 123.
[10] Según Richard, esta fue la primera escuela gratis de este tipo en Londres y ella trató de imitar los esfuerzos del Señor Gouge en Gales. Frederick James Powicke, “A Puritan Idyll: Or, the Rev. Richard Baxter’s love Story; a lecture delivered at the John Rylands Library on the 14th March, 1917”, en Bulletin of the John Rylands Library, vol 4 (S.I.: Longmans, Green, 1917), 450.§1. Ella empezó una escuela con sus amigas quienes, por un tiempo, ayudaron. Sin embargo, tiempo después, esta ayuda desapareció, pero ella continuó pagando el salario de los profesores cada año con sus propios recursos, hasta su muerte. James Anderson, Memorable Women of the Puritan Times, vol 2 (Morgan, PA: Soli Deo Gloria Publications, 2001), 186.
[11] Anderson, Memorable Women, 124. “Baxter deseaba mostrar una experiencia de conversión ejemplar al escribir la biografía de su esposa, la cual él esperaba animaría a otros a seguir el ejemplo de una vida de fe. Su propósito es simple, y lo guiaron a presentar el peregrinaje de un individuo comprometido con la obra, con gran amor y con una estructura teológica firmemente articulada.” Alison O’Hare, “Theology, Genre and Romance in Richard Baxter and Harriet Beecher Stowe”, Religion and Literature 37, n.° 1 (2005): 74. Margaret Baxter no se limitó a ayudar a pastores o a su propio esposo. Su historia muestra muchos casos de pago de salarios de pastores de su propio bolsillo, porque sabía que muchas comunidades eran demasiado pobres y no podían apoyar a sus pastores. Además, no se enfocaba en divisiones, porque estaba dispuesta a apoyar a pastores Conformistas y No-Conformistas (Los No-Conformistas eran los que no se sometían a la Iglesia Anglicana de Inglaterra). Powicke, “A Puritan Idyll”, 455.
[12] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 124.
[13] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 124.
[14] Packer, The Redemption and Restoration of Man in the Thought of Richard Baxter, 39.
[15] Según Ana Hughes, mujeres de esta época como Ana Bradstree y Margaret Baxter hacían referencia a pasajes bíblicos en los textos que escribían, pero su uso de Efesios o del Cantar de los Cantares, por ejemplo, nunca tuvo la misma influencia que cuando sus esposos o padres usaban estos mismos pasajes en las mismas formas. Ann Hughes, “Puritanism and Gender”, en The Cambridge Companion to Puritanism (Cambridge: CUP, 2008), 304. Sin embargo, Hughes muestra que Richard Baxter era un hombre que no tenía miedo de ser acusado de estar “gobernado” por su esposa, y que de hecho quería que su esposa fuera más asertiva en sus opiniones religiosas, particularmente sobre la generosidad. Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 154.
[16] O’Hare teje dos textos juntos, mostrando la transformación del método de generosidad de Richard Baxter, y cómo él le da voz a Margaret en su biografía. “El uso que hace Baxter de una mujer como protagonista fue muy innovador para su era, como también lo fue la incorporación de textos primarios que le daban a Margaret un papel de narradora en la misma obra. Este enfoque en la psicología y experiencia espiritual permite muchas conexiones entre su narrativa y el desarrollo de la novela (como fue descrito por Stowe) que sale de las experiencias religiosas colectivas de mujeres dentro de la comunidad histórica de los puritanos. O’Hare, “Theology, Genre and Romance in Richard Baxter and Harriet Beecher Stowe”, 72.
[17] “Yo predicaba dos veces cada domingo; pero después de la Guerra, solo una vez, y cada jueves, y algunas otras predicaciones ocasionales. Cada jueves por la tarde, mis vecinos venían a mi casa donde se repetía el sermón, y después discutíamos cualquier duda o pregunta que tuvieran acerca del sermón o de un caso de conciencia, y yo resolvía sus dudas…. Y una vez a la semana, los jóvenes, que no podían orar en la asamblea, se reunían y tomábamos tres horas para orar juntos. Cada sábado por la noche se reunían en sus casas para repetir el sermón del domingo anterior, para orar, y para prepararse para el siguiente día… Dos días cada semana, mi asistente y yo tomábamos catorce familias entre los dos para catequesis privada y conferencia; él iba a través de la parroquia y el pueblo venía a mí… y yo tomaba como una hora con cada familia.” Baxter, The Life of the Rev. Richard Baxter, 38-39.
[18] Powicke, “A Puritan Idyll”, 448.
[19] Marcus L. Loane, Makers of Religious Freedom in the Seventeenth Century (London: 1960), 201.
[20] J. I. Packer, The Redemption and Restoration of Man in the Thought of Richard Baxter (London: Paternoster Press, 2003), 299-300. Este énfasis en la santidad fluía en cada parte de su teología práctica, particularmente en su perspectiva sobre el matrimonio. Aunque tenía algunas perspectivas cuestionables sobre pastores que se iban a casar, él ve la santidad como el centro del deseo de Dios para la institución del matrimonio. Richard Baxter, Christian Directories in Baxter’s Practical Works (Ligonier, PA: Soli Deo Gloria Publications, 1990), 1:394.
[21] Packer, The Redemption and Restoration of Man in the Through of Richard Baxter, 308.
[22] Baxter, The Crucifying of the World (London: Printed by R. W. for Nevill Simmons, 1658), F3.
[23] En las últimas tres páginas pide que las riquezas de los protestantes sean usadas para sobrepasar los esfuerzos de los jesuitas, particularmente en los esfuerzos de conversión en otros países.
[24] Packer, The Redemption and Restoration of Man in the Through of Richard Baxter, 312.
[25] Baxter, Christian Directory, 1: 885.
[26] Baxter, Christian Directory, 1: 886.
[27] Baxter, Christian Directory, 1: 887.
[28] Baxter, Christian Directory, 1: 887.
[29] Baxter, Christian Directory, 1: 895.
[30] Baxter, Christian Directory, 1: 892.
[31] Richard Baxter, How to Do Good to Many, in The Practical Works of The Rev. Richard Baxter (London: Paternoster, 1830), 290.
[32] Baxter, Christian Directory, 294.
[33] Baxter, Christian Directory, 297. Esta palabra “deleitar” se usa en referencia a los esfuerzos de buenas obras de su esposa para ayudar a los pobres.
[34] Baxter, Christian Directory, 303.
[35] Baxter, Christian Directory, 319
[36] Baxter, Christian Directory, 320.
[37] Baxter, Christian Directory, 324.
[38] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 131.
[39] Baxter, How to do Good to Many, 297.
[40] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 131.
[41] Baxter, Richard Baxter and Margaret Charlton, 324.

Editorial

La Reforma Protestante, la generosidad en la teología práctica de un puritano, el mito de cara a la avasalladora presencia del mal, y la identidad y la libertad religiosa en Colombia son las reflexiones que concitan el enfoque de esta edición de Ventana Teológica.


Con ocasión de los quinientos años de la Reforma Protestante, publicamos la conferencia “Semper reformanda: Superando los errores de la Reforma” que el doctor Christopher M. Hays presentó en la quincuagésima octava (58ª) convención pastoral de la Denominación Iglesias Evangélicas del Caribe (AIEC), que tuvo lugar del 4 al 7 de julio de 2017 en Sincelejo. Hays, sin desconocer los aportes cruciales de la Reforma, llama la atención a la falacia de asumir que el movimiento reformador tuvo lugar con pureza teológica y moral a toda prueba. Para ello, el artículo explora tres errores de la Reforma y registra algunas apreciaciones sobre los aprendizajes que debamos hacer de esos errores para la iglesia en Colombia hoy: 1) la identificación no crítica de la iglesia con el gobierno; 2) la falta de amor en las disputas doctrinales; y 3) la aceptación de la violencia. De ahí el principio que anima su reflexión: “La iglesia reformada siempre se debe reformar.”

Igualmente, con ocasión del quinto centenario de la Reforma Protestante, publicamos el artículo “Una teología de la generosidad en la vida de Margaret Baxter” del magíster Jonatán Simons, en el que destaca la contribución de Margaret Baxter, esposa del influyente teólogo puritano inglés Richard Baxter, en cuanto a la teología práctica de la generosidad. Simons describe, en un marco histórico, tres momentos de la influencia de Margaret en la teología de Richard: antes de su matrimonio, durante su matrimonio (1662-1681) y después de la muerte de Margaret. La cita que hace Simons, en la que Richard describe a Margaret “como las cuerdas altas de un decacordio, afinadas para un sonido alto y dulce, pero constantemente en peligro” revela el reconocimiento profundo que el controversial teólogo tenía de su esposa.

En su artículo “Una mirada mitopoiética al problema del mal”, el doctor Fernando Mosquera hace una reflexión personal sobre la escandalosa y avasalladora presencia del mal, pero también del plan de salvación de Dios. En esa tensión, Mosquera encuentra las posibilidades de la plena realización del ser humano, después de introducir diversas
mitopoiesis (creación del mito) como la nórdica, en la que el mal se manifiesta en guerra y muerte; el Enuma Elish, un poema sobre la creación que justifica la supremacía de Babilonia; Los trabajos y los días de Hesíodo, entre las mitopoiesis griegas, referida a una época en la que no había mal en la tierra hasta cuando por órdenes de Zeus, Herrero creó la diva Pandora para desviar a los hombres que cedían a la lujuria; y el Popol Vuh de los maya; mito según el cual algunos dioses concibieron al ser humano para que les reconocieran pero quienes, en una primera edición, se olvidaron de su creador y de su formador, permitiendo así la entrada del mal en el mundo. Mosquera contrasta estas mitopoiesis con el relato del Génesis, en el que el mal proviene de fuerzas demoníacas y es introducido sutilmente a la raza humana. También las contrasta con el resto del relato bíblico que registra el sacrificio de Jesús en la cruz, constitutivo del remedio contra el mal.

Finalmente, publicamos la ponencia “Identidad y libertad religiosas en Colombia: Implicaciones para la iglesia pentecostal” que el magíster Jhohan Centeno presentó en el coloquio “Aportes para una política pública integral del sector religioso en Colombia”, organizado por el Ministerio del Interior de Colombia en abril de 2017. En su ponencia, el profesor Centeno examina algunos rasgos de identidad de la iglesia evangélica durante los ciento cincuenta años de presencia en nuestro país, pero particularmente de la iglesia pentecostal en sus más de ochenta años de presencia en Colombia, tal como su capacidad de adaptación que permite la reestructuración de sectores marginales mediante los vínculos comunitarios que fomentan. Centeno examina, además, la interacción de la libertad religiosa consagrada en la Constitución Política de 1991 y el pluralismo que se arraiga en la sociedad colombiana, por una parte, con la identidad de la iglesia evangélica, por la otra, y confiesa que se debe reconocer que en esta coyuntura, quien otrora fuera marginalizada y perseguida pueda pasar ahora a convertirse en perseguidora. Centeno concluye su ponencia esbozando las implicaciones para la iglesia pentecostal en cuanto a formación de identidad, establecimiento de bases de respeto y comprensión, el amor al prójimo independientemente de su confesionalidad, y la libertad en la práctica de la fe.

Milton Acosta, Ph.D                    
Editor

Guillermo Mejía Castillo, Mg.
Editor asistente

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