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Décima Edición

Año 8 Primer Semestre 2017

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Exploración de la estructura literaria de la epístola de Santiago

(Segunda de dos partes)

Guillermo Mejía Castillo, Mg.

Profesor de Nuevo Testamento en la FUSBC desde 2012. Desea ahondar su comprensión de la epístola de Santiago para ampliar la apropiación social de la misma en las iglesias y en el mundo académico hispanohablante que estudia el Nuevo Testamento.

Introducción

La epístola de Santiago, por lo general, no recibe la prioridad que merece en la predicación en la iglesia, muy a pesar de su mensaje vigoroso, particularmente en nuestro contexto colombiano y latinoamericano que clama por una mayor conciencia de las responsabilidades sociales, económicas y políticas que la iglesia y su mensaje evangélico tienen. Al sospechar que la estructura literaria compleja y la diversidad de énfasis, a veces contradictoria que los estudiosos encuentran en esta epístola, son culpables de esta lamentable falta de prioridad, espero que, a pesar de lo tedioso que pueda ser el análisis de la estructura literaria, el presente trabajo ayude a convencer al lector de que sin entender mejor su estructura literaria, difícilmente lograremos entender su mensaje y obtener un mejor aprovechamiento de Santiago.[1] Un mejor acercamiento a su estructura literaria y, por ende, una mejor comprensión de su mensaje, debe resultar en una mayor disposición de dar a Santiago el lugar que le pertenece en las predicaciones de quienes tenemos el sagrado privilegio de proclamar todo el mensaje de Dios para que reflejemos su carácter de defensa de la viuda y del huérfano (Stg 1:27; ver también Dt 10:18).

La ausencia de consenso entre los estudiosos, en cuanto a su estructura literaria, ha repercutido en la diversidad de énfasis que el lector encuentra en los estudios sobre Santiago.[2] Algunos estudiosos destacan, por ejemplo, la evidente preocupación por el pobre, otros destacan la cuestionable controversia con la teología paulina, y otros, la ética del habla (enseñanzas sobre el uso de la lengua). Con alguna frecuencia, estos énfasis no son comunicados con la suficiente coherencia con otras preocupaciones igualmente evidentes en esta epístola, como sucede con la centralidad de la sabiduría “de arriba” que se siembra en paz y fructifica en justicia, o la exhortación a la humildad y en contra de recurrir a la guerra.[3] La mencionada diversidad de énfasis puede causar desconcierto en el estudiante de esta epístola. Por ello, insistimos en la importancia de una mejor comprensión de su estructura literaria para tratar de armar el rompecabezas del mensaje de esta epístola. En otras palabras, una mayor comprensión de su estructura literaria brinda al estudiante una carta de navegación más precisa para adentrarse en las profundidades del mensaje de Santiago.

Ello es así por cuanto la estructura literaria, aunque sea compleja, le permite al lector tener una idea más clara sobre la forma que el autor escogió para presentar sus argumentos y su evidencia.[4] Bien señalan François Vouga: “la estructuración del texto implica y determina su interpretación”;[5] Grant R. Osborne: “es la totalidad del mensaje, reconocido en su conjunto, que tiene la función primaria de comunicar significado”;[6] y Robert Simons: Este paso [definir la estructura y el tema principal que contiene el texto] es imprescindible para la correcta interpretación de un pasaje porque previene que la ideología o pre-entendimiento del intérprete lo lleve a ver significados y aplicaciones diferentes a la intención original del autor”.[7]

En la primera parte de este trabajo destacamos que Martin Dibelius encuentra en Santiago una “unidad característica y vigorosa” en tensión con una exhortación homilética fragmentada. Dibelius privilegia lo fragmentado de la estructura literaria muy por encima de la “unidad característica y vigorosa”.[8] Indicamos, además, que las observaciones de Dibelius deben constituir, por lo menos, un llamado a la moderación en la exploración de la estructura literaria de esta epístola. También se señaló la influencia del breve artículo de Fred O. Francis para comenzar a cuestionar la anterior tendencia de leer esta epístola como un compendio fragmentado de discursos y dichos sapienciales, y verla más bien como una estructura con forma literaria epistolar. Finalmente, aunque explicamos porqué no estamos de acuerdo con la sugerencia de Peter H. Davids de una doble introducción de Santiago 1, sí reconocemos la característica de esta epístola, que Davids identificó, de un trabajo redactado con clara intención de producir un texto unificado con temas que se relacionan entre sí.

En esta segunda parte presentamos más razones y evidencias para argumentar que Santiago tiene una estructura literaria de paralelos ─más acorde con estructuras literarias judías del primer siglo─, en vez de una progresión lineal de pensamiento ─más acorde con nuestra forma occidentalizada de escribir y de leer─. En primer lugar, la investigación de Timothy B. Cargal nos ayuda a reconocer que esta epístola evidencia un contraste entre las convicciones del autor y las convicciones de la audiencia que ayuda a explicar una estructura de paralelos en dicha epístola.[9] En segundo lugar, el trabajo de Richard Bauckham provee al menos dos contribuciones importantes a favor de apostarle a una estructura coherente: 1) Las marcas sintácticas evidentes que señalan divisiones, y 2) La naturaleza aforística y la función introductoria de Stg 1:2-27 que él reafirma. No obstante que Bauckham desestimula la búsqueda de coherencia y de estructura para todo el discurso.[10] En tercer lugar, la investigación de Mark Edward Taylor, que identifica detalladamente múltiples marcas literarias con las que Santiago da cohesión a su texto, es muy útil en la exploración de la “unidad característica y vigorosa” de esta epístola.[11]

Contraste de convicciones

El trabajo de Timothy B. Cargal nos recuerda la importancia de la semántica (significado de las palabras, expresiones y símbolos) en la estructura literaria al indicar que “el exégeta comienza con … las convicciones del autor expresadas en el texto”.[12] Cargal afirma que, para entender la estructura que el autor da al texto, la semántica del discurso debe prevalecer sobre la sintaxis (forma de combinación de las palabras). Cargal explica que la semántica del discurso incluye la tematización, es decir, la progresión de los temas, y la figurativización, es decir, el uso de las figuras literarias como metáforas, dichos y simbolismos, para tratar de convencer al lector de las convicciones del autor y contraponerlas a las convicciones del lector. En otras palabras, la investigación de Cargal nos ayuda a reconocer un contraste entre las convicciones de Santiago y las convicciones de su audiencia que corrobora nuestra exploración de una estructura literaria de paralelos en esta epístola.[13]

Al contrastar las convicciones del autor y las del lector, Cargal sugiere que Santiago utiliza las figuras literarias para introducir nuevos temas y que dichas figuras señalan las convicciones del lector que el autor cuestiona (a esto lo llama el “contenido invertido”), al tiempo que los temas desarrollan las convicciones que el autor promueve en el lector (a esto lo llama “contenido propuesto”). Cargal entonces sugiere que el texto es de paralelos entre el contenido invertido y el contenido propuesto, y que estos paralelos ayudan a identificar las divisiones, subdivisiones y secciones de esta epístola.[14] En esto Cargal está en sintonía con la afirmación de Johannes Louw: “Aunque es a través del análisis de la estructura superficial como el receptor puede encontrar lo que el autor … tenía en mente, debemos tener cuidado de ver este procedimiento como un fin en sí mismo, por cuanto el autor nunca comienza con la estructura superficial”.[15]

Por otro lado y en otro aparte, Cargal fuerza su análisis al proponer que el uso de “diáspora” en Santiago 1:1 es figurado para referirse a “errante”, en vez de su significado más natural de “dispersión”.[16] La extensión de este artículo no nos permite desarrollar aquí esta discusión, ni analizar otros aspectos de la lectura sugestiva que Cargal hace de esta epístola y que, con frecuencia, va en contravía de la exégesis más tradicional y aceptada de Santiago. No obstante, debemos reconocer que su investigación también se inscribe en la búsqueda de una estructura que enriquece nuestra propia exploración con su énfasis en la semántica, en calidad de instrumento determinante para identificar el bosquejo de esta epístola. Esto es así por cuanto “Santiago construye una ética definida tanto por lo que él rechaza como por lo que él afirma”.[17] Luke Timothy Johnson también afirma: “un principio organizador importante en Santiago es un conjunto central de convicciones referido a la incompatibilidad de dos cosmovisiones y de dos modos de comportamiento”.[18] El trabajo de Cargal contribuye a nuestra exploración del bosquejo de Santiago por cuanto muestra que el contraste entre un conjunto de convicciones sostenidas por el autor y un conjunto de convicciones sostenidas por la audiencia es evidente en esta epístola. La estructura literaria de paralelos constituye una forma idónea para el autor mostrar este contraste de convicciones.

En la primera parte de nuestra exploración también identificamos este contraste de convicciones en la epístola en estudio, cuando sugerimos que la conjunción griega διό (dió) en Santiago 1:21, que se traduce “por lo tanto”, contrasta la palabra implantada (1:21-22) al conjunto de convicciones y comportamientos de la audiencia señalados en Santiago 1:2-20, y que Santiago cuestiona; conjunto de convicciones que tiene que ver con la ausencia de sabiduría de lo alto y la duda para enfrentar los preocupantes problemas poliformes (1:5-8), con la soberbia basada en las riquezas (1:9-11), con la actitud de acusar a Dios de ser el culpable de confabularse con el mal (1:12-15), con la predisposición de forzar a Dios a cambiar (1:16-19) y con la pretensión de que nuestra ira establece la justicia de Dios (1:20).[19] Indicamos que el autor utiliza la conjunción que se traduce “por lo tanto” en 1:21 para exhortar a una reorientación de las convicciones y comportamientos de su audiencia. También sugerimos que la discusión de Santiago 1 tendría que ver entonces con cómo enfrentar los “preocupantes problemas poliformes”. Su audiencia lo hace con el conjunto de convicciones y comportamientos identificados en Santiago 1:2-20, mientras que Santiago rechaza esas convicciones y comportamientos y, en contraste, apela a la palabra implantada, la palabra recibida, que resulta ser la palabra de Dios (1:21-22).

En la siguiente sección encontramos el aporte de Richard Bauckham a nuestra exploración que consiste en la identificación de marcas sintácticas, evidentes y claras, y en los cambios de temas o de argumentos que establecen divisiones sin que, para Bauckham, constituyan evidencia de una progresión lógica en esta epístola. Bauckham lee Santiago más bien como “un compendio de instrucciones de sabiduría”.

“Un compendio de instrucciones de sabiduría”

Aunque Richard Bauckham no descarta por completo cierta coherencia y un “todo estructurado cuidadosamente, de manera relativa” en Santiago, sí descarta, por inútil, la exploración de “una secuencia argumentativa o progresión lógica de pensamiento que abarque [toda la epístola]”.[20] Bauckham lee dicha epístola más bien como “un compendio de instrucciones de sabiduría” con la siguiente estructura muy general y simple.[21]

A   Título (1:1)
B   Introducción (1:2-27)
C   Exposición (2:1-5:20)[22]

Bauckham subdivide la exposición de Stg 2:1-5:20 en las siguientes doce secciones.

  1. 2:1-13       Favoritismo y la ley del amor
  2. 2:14-26     Fe y obras
  3. 3:1-12       La lengua
  4. 3:13-18     Sabiduría verdadera y falsa
  5. 4:1-10       Llamado al de “doble alma” al arrepentimiento
  6. 4:11-12     No juzgar al otro
  7. 4:13-17     Denuncia contra los mercaderes
  8. 5:1-6         Denuncia contra los terratenientes
  9. 5:7-11       Esperar hasta la parusía
  10. 5:12          Hablando toda la verdad
  11. 5:13-18     Oración
  12. 5:19-20     Restaurando a los extraviados[23]

Bauckham basa esta estructura y estas subdividisiones en las marcas sintácticas, evidentes y claras, y en los cambios de temas o de argumentos.[24] Para ello, el autor utiliza aforismos, preguntas o frases breves y pronunciamientos; por ejemplo: “la compasión triunfa sobre el juicio” en Stg. 2:13, entre otros.[25] Las siguientes son las marcas sintácticas que Bauckham identifica para indicar el comienzo de cada una de las doce secciones de la exposición: “Hermanos míos” en Santiago 2:1, 14; 3:1; 5:12 y 19 o simplemente “hermanos” en Santiago 4:11 y 5:7; una pregunta en Santiago 2:2-4 y 3:13; y dos o más preguntas en Santiago 2:14-16; 4:1 y 5:13-14. También identifica las expresiones “ahora escuchen” en Santiago 4:13 y 5:1, y “sobre todo” en Santiago 5:12.[26] Ciertamente esas marcas sintácticas sirven para identificar las divisiones que Bauckham ha señalado. La dificultad que tenemos con su propuesta tiene que ver más bien con que él entiende cada división como autónoma, para ser leída de manera separada y sin articulación con las otras divisiones.[27] Por ejemplo, el trabajo de Mark E. Taylor, que esbozaremos en la siguiente sección, muestra que existe una forma más completa de leer esta epístola, la cual tiene en cuenta no solo las marcas sintácticas y cambios temáticos identificados por Bauckham, sino también otras marcas literarias en puntos cruciales que constituyen fuertes indicios de una estructura literaria de paralelos. Taylor, entre otras, identifica una inclusio clave entre Santiago 2:12-13 y 4:11-12.[28] Si esta identificación de “inclusio” es correcta, las divisiones señaladas por Bauckham pueden ser mejor entendidas como parte de un todo más estructurado que simplemente como divisiones autónomas sin conexión entre ellas.

Con relación al título, Bauckham afirma que Santiago 1:1 satisface la única formalidad (remitente, destinatario y saludo) necesaria para escribir una carta de acuerdo a los estándares griegos del primer siglo.[29] Bauckham entiende la introducción de Santiago (Stg 1:2-27) como “una colección de aforismos, compilados cuidadosamente con el propósito de introducir casi todos los temas de la exposición [Stg 2:1-5:20]”.[30] No obstante, Bauckham observa que esta colección de aforismos no tiene una correspondencia exacta con las divisiones que él sugiere, pero que sí crea “una estructura más o menos quiástica”.[31] Aunque Bauckham identifica las siguientes doce secciones breves en Santiago 1:2-27: 1:2-4, 5-8, 9-11, 12, 13-15, 16-17, 18, 19-20, 21, 22-25, 26, y 27, él desestimula la idea de encontrar coherencia lógica entre ellas y, otra vez, anima al lector a leer estas secciones de manera autónoma y no integradas entre sí.[32]

Con esta insistencia en la autonomía de estas secciones aforísticas que corresponden, de manera vaga, a las doce divisiones de la exposición, Bauckham exhibe coherencia en su presentación de Santiago como “un compendio de instrucciones de sabiduría”. Pero si encontramos en esta epístola una estructura más integrada y holística, no debemos hacerle caso a Bauckham en cuanto a leer las secciones y las divisiones de manera autonóma, toda vez que el autor al ubicar un aforismo o pronunciamiento breve junto a otro, ya condiciona a ambos, por cuanto “solo el todo confiere significado a las partes”.[33] En esa dirección y con relación a la lectura del libro de Proverbios, Osborne afirma: “Es importante … observar la influencia de referencia cruzada de los aforismos entre sí”.[34] Para el caso específico de Santiago, Taylor explica: “Proverbios que originalmente pudieron ser usados de manera autónoma, ahora han sido integrados al discurso, de manera que ahora tienen una función única transicional para dar continuidad y unidad a las divisiones grandes de Santiago”.[35]

No obstante estos cuestionamientos a la lectura que de esta epístola propone Bauckham de “un compendio de instrucciones de sabiduría”, no nos queda duda que el trabajo de Bauckham sobre Santiago sí contribuye a la mejor comprensión de su estructura. Con su contribución, la tendencia que promovemos en esta exploración a favor de una estructura coherente se fortalece. Las marcas literarias, evidentes y claras, de las doce divisiones que Bauckham sugiere para los capítulos 2 al 5, constituyen un indicio fuerte de la coherencia y estructura intencional de esta epístola. Además, su contribución sobre la naturaleza aforística y la función introductoria de Stg 1:2-27 constituye otro indicio a favor de una estructura coherente. En otras palabras, contrario al deseo de Bauckham de olvidarnos de la búsqueda de un bosquejo coherente en esta epístola, su contribución nos estimula aun más a explorar su estructura literaria, porque, precisamente, con su contribución el panorama se hace más esperanzador.

Las relaciones formales del texto revelan la estructura

Edward E. Taylor parte del supuesto de que “un texto escrito comienza con la formulación de una idea por parte del autor, la cual es expresada y desarrollada con decisiones literarias concientes”.[36] Estas decisiones literarias, explica Taylor, aparecen como relaciones formales en el texto, por lo que se hace necesario aplicar la lingüística de texto para entenderlas, ya sean relaciones gramaticales, semánticas o contextuales que crean un todo y que le permiten al texto tener sentido.[37] Esto es parecido a la forma como un predicador prepara su sermón a partir de la idea homilética (de la homilía o sermón), identificando cual es el mensaje de Dios que el predicador quiere comunicar a su público, luego de haber hecho el trabajo exegético del texto bíblico. El predicador decide entonces el bosquejo que ha de utilizar para presentar los diferentes puntos que refuerzan la idea homilética, incluyendo exégesis, ilustraciones, contextualización, aplicación, etc. Taylor averigua entonces las decisiones literarias que Santiago utilizó para validar su mensaje, los momentos cuando el mensaje cambia en su cohesión y, con ello, introduce un nuevo subtema, o cuando el autor utiliza una inclusio para facilitar la comprensión de lo que dice, o la utilización de palabras de enganche, aforismos, ilustraciones, preguntas retóricas, etc. Para ello, Taylor sigue el modelo de análisis del discurso aplicado por George H. Guthrie quien lo define así: “un proceso de investigación por medio del cual uno examina la forma y función de todas las partes y niveles de un discurso escrito, con el propósito de entender mejor tanto sus divisiones como el todo de dicho discurso”.[38]

En primer lugar, Taylor identifica cambios de cohesión de alto nivel antes y después de cada uno de los siguientes textos: Santiago 1:12, 1:16, 4:11-12, 5:6, y 5:12. Para identificar cambios de cohesión de alto nivel, Taylor tiene en cuenta los cambios de género, tema, actor, sujeto, tiempo verbal, voz, modo, persona, número, referencia léxica, entre otros, en los textos “aislados” que no parecen conectados con lo que le precede ni con lo que le sigue.[39] La importancia de estos textos “aislados” para esta exploración reside, entre otras, en que nos permite identificar unidades pequeñas de discurso en Santiago 1:5-8, 9-11, 13-15, 16-19a, 19b-20, y 5:7-11/12. En varias de estas unidades pequeñas el autor presenta algunas de las convicciones de su audiencia que él rechaza y las contrasta con sus propias convicciones a la luz de la “sabiduría de lo alto”.

En segundo lugar, Taylor investiga el uso de “inclusio” en Santiago para corroborar las divisiones que ha ido encontrando en la epístola, sugiriendo las siguientes catorce inclusios: 1:2/4 y 1:12, 1:12 y 1:25, 1:13 y 1:21, 1:16 y 1:19, 2:1 y 2:9, 2:12-13 y 4:11-12, 2:14-16 y 2:26, 2:14 y 2:16-17, 2:20 y 2:26 (estas últimas dos inclusios aparecen dentro de una inclusio mayor en 2:14-16 y 2:26), 3:1 y 3:12, 4:1 y 4:3, 4:6 y 5:6, 4:7 y 4:10, y 5:7 y 5:11. La inclusio más significativa para la estructura de esta epístola es la que Taylor identifica entre 2:12-13 y 4:11-12.[40] Él presenta suficiente evidencia para esta inclusio: la presencia del término clave νόμος (nómos) “ley” en Stg 2:12 y en 4:11-12 donde aparece en cuatro ocasiones y donde Dios mismo es identificado como ὁ νομοθέτης (jó nomothétes) “dador de la ley”. Taylor observa con perspicacia que este término clave no aparece en el material entre Stg 2:12 y 4:11.[41] Con ello, la inclusio entre Stg 2:12-13 y 4:11-12 se hace más evidente. Algo parecido sucede en Stg 2:12-13 y 4:11-12 con otros términos clave: λαλέω (laléo) “hablar”/ καταλαλέω (katalaléo) “hablar mal”, κρίνω (kríno) “juzgar”, y ποιέω (poiéo) “hacer, poner en práctica, actuar”/ ποιητής (poietés) “hacedor, cumplidor” en asociación, en ambas partes, con νόμος (nómos) “ley”.[42] La relación temática entre estos dos pasajes cortos es realmente convincente.[43] Taylor también explica la importante función de resumen y transición que tienen estos pasajes (Stg 2:12-13 y 4:11-12).

Esta contribución de Taylor nos ayuda a resolver la confusión creada por la diversa explicación que los comentaristas dan en cuanto a la función que cumplen estos pasajes cortos de Stg 2:12-13 y 4:11-12.[44] Además, esta inclusio parece ser el eje central sobre el cual gira la estructura literaria de Santiago y sugiere con fuerza una estructura de paralelos entre las varias secciones de la epístola. De manera que no parece apropiado leer en Santiago una progresión lineal de pensamiento, a la manera occidentalizada de escribir y de leer, sino una estructura de paralelos más conforme con cierta tendencia a este tipo de estructura en la literatura de los judíos, incluyendo los del siglo primero. Esta estructura de paralelos es un mecanismo que facilita recordar lo que se lee, en un ambiente de acceso limitado a textos escritos que imponía un esfuerzo mayor de recordar lo leído si se compara con nuestros días en los que tenemos acceso mucho más fácil a textos escritos, y con menos preocupación de recordar, y menos de poner en práctica, lo leído o escuchado. Con razón se dice que no nos debe preocupar tanto lo que no entendemos del texto bíblico sino lo que es tan claro como la luz del mediodía y no lo ponemos en práctica. Así sucede, por ejemplo, con el mandato de amar y preocuparse por el prójimo, por la viuda, y por el menesteroso a la luz de la “sabiduría de lo alto” que es un mensaje clarísimo de Santiago y de Jesús.

Además de los cambios de cohesión y las inclusios que Taylor identifica en Santiago, él examina una gran cantidad de relaciones formales en esta epístola; por ejemplo, palabras de enganche que se repiten o que son cognadas, es decir, palabras que tienen parentesco entre sí (ver en Stg 1:8 y 4:8: “indecisos e inconstantes” que es la traducción del término griego δίψυχος (dípsujos)) y que conectan unidades diferentes. También examina Taylor introducciones paralelas (ver por ejemplo Stg 4:13 y 5:1) y transiciones con proverbios (ver por ejemplo Stg 1:12). Taylor también encuentra cierto sentido de coherencia en todo el discurso a través de los temas de deidad, comunidad, perfección, ley, salvación y juicio, y el uso de la lengua y las referencias al uso del hablar, entre otros.[45]

Aunque ya se ha tildado de excesivo el análisis de Taylor, en realidad la aplicación del método del análisis del discurso que él hace para decifrar la estructura es sistemática y bastante completa. Su identificación detallada de las múltiples marcas literarias con las que Santiago da cohesión a su texto es muy útil en la exploración de la “unidad característica y vigorosa” de esta epístola.[46] Finalmente, Taylor, a pesar de reconocer que las dinámicas en esta epístola reflejan una estrategia retórica compleja que no se compadece con un bosquejo simple de secuencia lógica lineal, sugiere la siguiente estructura de paralelos.[47]

1.   1:1            Apertura
2.   1:2-27       Introducción: Viviendo en sabiduría de justicia
1:2-11     Enfrentando los preocupantes problemas poliformes con sabiduría
1:2-4          Exhortaciones sobre los problemas o vicisitudes
1:5-8          La necesidad de sabiduría
1:9-11        Actitudes sabias de ricos y pobres
1:12        Transición de macarismo para quienes perseveran en medio de los problemas
1:13-27   Los peligros de la auto-decepción
1:13-15      La verdadera naturaleza de la tentación
1:16-19a    La verdadera naturaleza de Dios: Dador de la Palabra
1:19b-24    Vida de justicia por la Palabra
1:25           No nos engañemos: Ser hacedores de la Palabra –la ley de la libertad–
1:26-27      Transición sobre auto-decepción en cuanto al hablar y al actuar
3.   2:1-5:6       Cuerpo de la epístola con una estructura de paralelos sobre vivir la “ley de la libertad”
2:1-11        Comienzo del cuerpo de la epístola relacionado con la violación de la ley real en cuanto a hablar y actuar inapropiadamente
2:12-13      Comienzo de la inclusio de 2:12-13 y 4:11-12: “hablen y pórtense como quienes han de ser juzgado de acuerdo con la ley de la libertad”
2:14-3:12   Primer ensayo relacionado con actuar y hablar inapropiadamente en la comunidad
2:14-26   Acciones inapropiadas contra el pobre
3:1-12     Hablar inapropiadamente
3:13-18   Transición proverbial central (centro de la estructura de paralelos) sobre sabiduría recta vs. sabiduría del mundo
4:1-10        Segundo ensayo relacionado con la exhortación profética: Un llamado a la humildad y al arrepentimiento
4:1-5       Reprensión por las palabras y los hechos de la comunidad
4:6-10     Un llamado al arrepentimiento
4:11-12      Cierre de la inclusio de 2:12-13 y 4:11-12: “Cumplid la ley, no juzgar”
4:13-5:6     Cierre del cuerpo de la epístola relacionado con el doble llamado contra los ricos arrogantes
4:13-17      Reprensión por la presunción arrogante
5:1-6          Juicio contra el rico arrogante
4.   5:7-20        Conclusión: Permaneciendo en la vida justa en la comunidad
5:7-11     La necesidad de paciencia
5:12        Transición de la exhortación contra los juramentos
5:13-20   Necesidad de palabras justas en la comunidad

El trabajo sistemático y detallado de Taylor contribuye significativamente a nuestra exploración de la estructura literaria de la epístola de Santiago. No obstante, es oportuno indicar que la ausencia de un análisis robusto en su investigación sobre la ocasión de esta epístola se refleja en la pobre tematización que él hace de Santiago. Debe reconocerse que su trabajo se enfoca en la estructura literaria, y que con ello él aporta significativamente a una mejor comprensión de esta epístola. Sin embargo, cuando trata de tematizar, es decir, de describir brevemente los temas y la idea principal, se nota la falta de un examen riguroso de la ocasión (de las circunstancias, del contexto, de las presiones, de los problemas del público que dieron lugar a la epístola); lo que Taylor mismo describe como “la situación relevante y las características pragmáticas del texto que dieron lugar o que determinaron el mensaje de Santiago … [asumiendo correctamente que] una comprensión apropiada del milieu en el que el texto fue concebido es esencial para decifrar su estructura”.[48] Esa falta de análisis riguroso de la ocasión se hace evidente, por ejemplo, cuando Taylor afirma que “Santiago exhorta a sus lectores, en su contexto de sufrimiento y de injusticia social, a una obediencia completa y vigorosa que se manifieste en amor a Dios y al prójimo”.[49] Taylor no explica ese contexto de sufrimiento y de injusticia social, con lo cual genera desencuentro entre la buena información que él obtiene sobre la estructura y la breve explicación que da del mensaje de Santiago. En otras palabras, la falta de exploración rigurosa de la situación original que dio lugar a esta epístola, hace que la investigación rigurosa de Taylor no se traduzca en una comprensión robusta del mensaje de Santiago.

Estructura literaria de paralelos y ocasión de la epístola

Aunque el espacio de este artículo no permite superar la mencionada ausencia de investigación rigurosa sobre la ocasión que dio lugar a la epístola de Santiago, sugerimos como hipótesis de trabajo que dicha ocasión pudo haber sido la preocupación del autor frente a la polarización judía del primer siglo en cuanto a los vientos de guerra que soplaban contra los romanos a mediados del primer siglo en Palestina y en la diáspora judía. Obviamente que una epístola del Nuevo Testamento que busque responder a esa preocupación, también tiene que explicar cómo se relaciona con las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo. A pesar de que el espacio de este artículo tampoco permite responder a esta última necesidad, sugerimos que si esta hipótesis resulta correcta, podríamos observar que la exhortación de Santiago contra esos vientos de guerra podría verse reflejada en los temas de perseverancia, paciencia, alma grande, conflictos, guerras, y de hablar apropiadamente, que encontramos en esta epístola. En contraposición a las convicciones de quienes pudieron estar “soplando” vientos de guerra, Santiago exhorta a seguir sus convicciones de cumplir la ley de Dios a favor del pobre, en ejercicio de la sabiduría de arriba que es pacífica (Stg 3:18). Además, de resultar correcta esta hipótesis, serían innegables la pertinencia y relevancia de un mensaje así con relación a la polarización creciente frente a la guerra en Colombia, tanto de la sociedad en general como de la iglesia en particular. Más aun, si todo este escenario tiene algo de asidero, quienes tenemos el santo privilegio de proclamar la palabra de Dios deberíamos replantearnos la prioridad que le asignamos a Santiago en la predicación en la iglesia.

A partir pues de esta breve reflexión sobre la posible ocasión de Santiago en contra de los vientos de guerra contra los romanos, y de lo que consideramos una importante contribución a favor de una estructura literaria de paralelos para esta epístola, sugerimos la siguiente estructura literaria abreviada que puede ser más fácil de recordar, visualizar y utilizar en las predicaciones sobre Santiago. Esta estructura literaria sigue, de manera principal, el trabajo de Taylor, pero también las contribuciones de Dibelius, Francis, Davids, Cargal, y Bauckham, entre otros.

1:1             Santiago a las doce tribus en la diáspora
1:2-27       Perseverancia y paciencia
2:1-11        Ley real / cuidado del pobre
2:12-13    Hablar apropiadamente y cumplir la ley
2:14-26   Fe y hechos /
3:1-12     Frenillo en la lengua
3:13-18      Sabiduría de lo alto y sabiduría terrenal
4:1-10      Exhortación a favor de la humildad
4:11-12    Hablar apropiadamente y cumplir la ley
4:13-5:6     Reprimendas contra charlatanes y ricos
5:7-11/12 Perseverancia y alma grande y exhortación contra los juramentos
5:13-20      Tradición litúrgica: Sanidad y arrepentimiento.[50]

Conclusión

Este artículo, en sus dos partes, ha juntado contribuciones de reputados estudiosos de la estructura literaria de la epístola de Santiago. Se ratifica una vez más la complejidad de su estructura literaria y la ausencia de consenso, entre los estudiosos, en cuanto a su estructura, pero también en cuanto a su tema principal. Reconocemos que la diversidad de énfasis temático que los estudios asignan a esta epístola y la ausencia de consenso sobre su estructura literaria generan desconcierto en quienes quisiéramos asignarle la prioridad que Santiago merece en la predicación, particularmente por su evidente pertinencia y relevancia en contextos como el colombiano de vergonzosa inequidad social, de conflicto armado y de polarización política.

Tanto Dibelius, con su identificación de Santiago como una “unidad característica y vigorosa”, y Bauckham, con su afirmación sobre el texto de esta epístola como un “todo estructurado cuidadosamente, de manera relativa”, favorecen el reconocimiento de estructura literaria en Santiago, a pesar del desestímulo de ambos a seguir explorando una estructura detallada en dicho texto. Por otro lado, Francis, con su aporte de la ya aceptada naturaleza epistolar de Santiago, y Davids, con su reconocimiento de esta epístola como un texto redactado con clara intención de producir un texto unificado con temas que se relacionan entre sí, reorientaron la tendencia, avanzada por Dibelius, de leer a Santiago como una “colcha de retazos de sabiduría”. Cargal ha destacado la importancia del análisis semántico para contribuir con la observación de un contraste de convicciones que refuerza la hipótesis de una estructura de paralelos en esta epístola. La reorientación de Francis y Davids, así como la observación de Cargal, han sido cuestionadas recientemente por Bauckham al sugerir la relativización de la estructura de esta epístola y leerla más bien como “un compendio de instrucciones de sabiduría”, pero el trabajo pionero, sistemático y riguroso de Taylor acerca de las relaciones formales del texto, con la identificación de la inclusio clave y central de Santiago 2:12-13 y Santiago 4:11-12, fortalece aun más la evidencia de una estructura de paralelos en la epístola de Santiago.

La evidencia pues se inclina hacia una estructura literaria de paralelos en la epístola de Santiago similar a la que hemos sugerido aquí. De esta estructura surgen claramente temas importantes de Santiago: la paciencia, el hablar con prudencia, la preocupación principalísima por el pobre, el rechazo a la guerra, la exhortación a la humildad y a volverse del camino errado y enfrentar las vicisitudes de la vida, o lo que en la aliteración de Santiago 1:2 son los “preocupantes problemas poliformes” de la vida, a la luz de la sabiduría de lo alto que es pacífica y no con la sabiduría terrenal que es llena de rivalidades. Estos temas podrían encontrar en la hipótesis de vientos de guerra como ocasión que dio lugar a esta epístola, un elemento aglutinador, lo cual será objeto de otros estudios y de un artículo en el futuro.

Finalmente, la estructura literaria de paralelos que sugerimos puede ayudar al predicador que se anime a priorizar más a Santiago, a encontrar una coherencia mayor entre los diferentes temas y divisiones de esta epístola. El predicador que así se anime, bien puede seguir el orden del texto canónico, pero con el beneficio de poder observar los paralelos y las relaciones que el pasaje seleccionado para la predicación tiene con otros pasajes de la epístola. También se debe tener en cuenta la centralidad evidente en Santiago del contraste de las sabidurías de arriba y terrenal que ilumina el contraste de convicciones que se presentan en el texto para enfrentar las vicisitudes de la vida (Stg 1:2), desestimulando la opción de la guerra (Stg 4:1-3) y la charlatanería de las riquezas mal habidas (Stg 4:13-5:6), y acogiendo, más bien, la opción por los pobres (Stg 1:27; 2:1-27), generando un ambiente en el que Dios restaura la vida de quienes promueven la reorientación de la vida por el buen camino (Stg 5:13-20).

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[1] En la primera parte de este trabajo indicamos algunas razones para caracterizar de compleja la estructura literaria de Santiago. Ver Guillermo Mejía Castillo, “Exploración de la estructura literaria de la epístola de Santiago (primera de dos partes)”, Ventana Teológica 8 (2016), 54, https://unisbc.edu.co/ventana-teologica/ED08/Art07-Mejia2016.pdf.
[2] Sobre la ausencia de consenso en cuanto a la estructura literaria de Santiago, ver Mark Edward Taylor, A Text-Linguistic Investigation into the Discourse Structure of James (Nueva York: T&T Clark, 2006), 3; Mark E. Taylor and George H. Guthrie, “The Structure of James”, Catholic Biblical Quarterly 68, n.° 6  (2006): 681; y Craig L. Blomberg and Mariam J. Kamell, James, Exegetical Commentary on the New Testament (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2008), 23-27.
[3] Ver William R. Baker, Personal Speech-Ethics in the Epistle of James (Tübingen: Mohr, 1995); Richard Bauckham, James: Wisdom of James, Disciple of Jesus the Sage (Nueva York: Routledge, 1999); David H. Edgar, Has God Not Chosen the Poor? (Sheffield, England: Sheffield Academic Press, 2001); Pedrito U. Maynard-Reid, Poverty amd Wealth in James (Eugene, OR: Wipf & Stock, 2004 [1987]); Jim Reiher, “Violent Language: A Clue to the Historical Occasion of James”, Evangelical Quarterly 85, n.° 3 (2013): 228-245; Elsa Tamez, No discriminen a los pobres: lectura latinoamericana de la Carta de Santiago (Estella, España: Verbo Divino, 2008).
[4] Ver Kevin J. Vanhoozer, Is There Meaning in This Text? The Bible, The Reader, and The Morality of Literary Knowledge (Grand Rapids: Zondervan, 1998), 253.
[5] François Vouga, L’Épitre de Saint Jacques (Ginebra: Labor et Fides, 1984), 18. Ver también Luke Timothy Johnson, The Letter of James (New Haven, CT: Doubleday, 1995), 13; Douglas J. Moo, The Letter of James, Pillar New Testament Commentary (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2000), 44; y Taylor, Investigation, 3. Estas y otras traducciones al español de citas bibliográficas en idiomas extranjeros son del autor del presente artículo, a menos que se especifique lo contrario.
[6] Grant R. Osborne, The Hermeneutical Spiral. A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation, (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2006), 113.
[7] Robert Simons, “El propósito de Santiago: Ser hacedor de la Palabra”, Ventana Teológica 6 (2014), sin número de página. https://unisbc.edu.co/ediciones-anteriores/55-sexta-edicion/143-el-proposito-de-santiago-ser-hacedor-de-la-palabra.
[8] Ver Dibelius, James, 48.
[9] Timothy B. Cargal, Restoring the Diaspora: Discursive Structure and Purpose in the Epistle of James (Atlanta, GA: Society of Biblical Literature, 1993).
[10] Richard Bauckham, James: Wisdom of James, Disciple of Jesus the Sage (Nueva York: Routledge, 1999).
[11] Mark Edward Taylor, A Text-Linguistic Investigation into the Discourse Structure of James (Nueva York: T&T Clark, 2006).
[12] Cargal, Restoring the Diaspora, 7.
[13] Cargal, Restoring the Diaspora, 31-56.
[14] Ver Cargal, Restoring the Diaspora, 31-56. Cargal señala que él sigue los principios de la semiótica estructural de A. J. Greimas que distingue entre la estructura literaria profunda y la estructura literaria de la superficie. Para Cargal, la estructura literaria profunda identifica el contraste de valores entre el autor y el lector, mientras que la estructura literaria de la superficie identifica asuntos de lógica y de sintaxis que Santiago utiliza para mostrar el contraste de convicciones.
[15] Cargal, Restoring the Diaspora, 32. Es oportuno señalar que Cargal cita a Johannes Louw y que la estructura superficial para Cargal tiene que ver con “expresiones relacionadas con asuntos de tiempo, espacio, actores, o lo que es más comúnmente denominado una “secuencia lógica”.
[16] Cargal, Restoring the Diaspora, 49. De esta manera, Cargal trata de demostrar que, siendo el propósito de Santiago hacer volver al hermano del error de su camino, Santiago utiliza la figura de la diáspora para indicar que su audiencia es “errante” al igual que la diáspora.
[17] Johnson, The Letter of James, 83. Ver también Luke L. Cheung, The Genre, Composition and Hermeneutics of James (Carlisle, Reino Unido: Paternoster, 2003), 50.
[18] Johnson, The Letter of James, 14.
[19] La expresión “tropiezos con los preocupantes problemas poliformes” trata de respetar la figura de la aliteración de Santiago 1:2 πειρασμοῖς περιπέσητε ποικίλοις (peirasmóis peripésete poikílois). Ver Mejía Castillo, “Estructura literaria de Santiago”, 61.
[20] Bauckham, James: Wisdom of James, 35 y 62.
[21] Bauckham, James: Wisdom of James, 67.
[22] Bauckham, James: Wisdom of James, 63.
[23] Bauckham, James: Wisdom of James, 63.
[24] Bauckham, James: Wisdom of James, 63.
[25] Bauckham, James: Wisdom of James, 66.
[26] Bauckham, James: Wisdom of James, 64.
[27] Ver Bauckham, James: Wisdom of James, 66.
[28] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 60-71. Taylor define “inclusio” así: “la repetición de un término, frase o aun párrafo clave en un punto crucial del discurso dando cierta estructura de sánduche al texto que queda dentro de dicha repetición”. De ahí surge la denominación de “inclusio”. (Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 59.).
[29] Bauckham, James: Wisdom of James, 63. Paréntesis originales.
[30] Bauckham, James: Wisdom of James, 72.
[31] Bauckham, James: Wisdom of James, 72. Recordamos que el quiasmo es una figura literaria que presenta los componentes de dos secuencias en órdenes inversos, de manera que si esos órdenes se extendieran formarían la letra equis “X”, de ahí su nombre de quiasmo.
[32] Bauckham, James: Wisdom of James, 70-72.
[33] Vanhoozer, Is There Meaning in This Text?, 347.
[34] Osborne, Spiral, 251.
[35] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 90.
[36] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 38-39. Taylor indica que “el objetivo de la lingüística de textos busca demostrar cómo las partes se relacionan con el todo en un texto dado, ofreciendo así claves para su interpretación”. (Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 5).
[37] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 39.
[38] George H. Guthrie, “Discourse Analysis”, En Interpreting the New Testament, ed. David A. Black y David S. Dockery (Nashville, TN: Broadman & Holman, 2001), 255. Taylor sigue el modelo desarrollado y aplicado por George H. Guthrie en The Structure of Hebrews: A Text-Linguistic Analysis (Grand Rapids. MI: Baker, 1998).
[39] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 45-48.
[40] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 65. Ver también Taylor y Guthrie, “The Structure of James,” 686.
[41] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 64.
[42] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 64-65.
[43] Ver Taylor y Guthrie, “The Structure of James”, 686.
[44] Dibelius, James, 147-148 sugiere que Santiago 2:12-13 es una exhortación que concluye el tratado de Santiago 2:1-13, aunque también sugiere que Santiago 2:13 es un dicho independiente. En cuanto a Santiago 4:11-12, Dibelius, James, 208 confiesa cierta duda pero finalmente decide incluir esos versículos con Santiago 3:13-4:12. Johnson, The Letter of James, 13 señala a Santiago 2:12-13 como el ejemplo más claro de versículos que “aparecen desconectados de los ensayos más o menos autocontenidos” y señala a Santiago 4:11-12 como uno de los ejemplos de versículos aislados “que más complicaciones tiene para ubicar en Santiago una estructura literaria coherente”. Ver también Cargal, Restoring the Diaspora, 137 ss; Moo, The Letter of James, 197; Scot McKnight, The Letter of James (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2011), 218; y William Varner, “The Main Theme and the Structure of James”, en Master’s Seminary Journal 22, n.° 1 (2011): 115-126.
[45]Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 76.
[46]Varner, “Theme and Structure in James”, 116. Varner cuestiona el exceso de análisis de Taylor, pero creemos que para una estructura literaria tan compleja es mejor pecar por exceso que por defecto. De otra parte, Varner sugiere que una debilidad del trabajo de Taylor tiene que ver con que Taylor no identifica un tema central que controle la multiplicidad temática en Santiago.
[47]See Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 121-124.
[48] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 39-40. Cursivas originales.
[49] Taylor, A Text-Linguistic Investigation, 124.
[50] Tampoco tenemos espacio aquí para explicar esta tradición litúrgica entre sanidad y arrepentimiento que ha identificado Dale C. Allison, Jr. en el artículo “A Liturgical Tradition behind the Ending of James”, en Journal for the Study of New Testament 34, n.° 1 (2011): 3-18, pero que también puede relacionarse muy bien con la ocasión de vientos de guerra que hemos sugerido.
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